miércoles, 19 de marzo de 2014

La tentación siempre está en la boca del lobo.


Se busca a Caperucita. Caprichosa, soñadora, risueña, infantil, cariñosa y obsesiva.

“Mi  tequila con limón y sal. Así te llamaba. Mi dulce locura de noche, mi amargo sabor de boca del día siguiente. Odiaba el tequila, pero resultaba agradable. Una de cal y otra de arena. Una por ti, una por mí. Fingir que nos queríamos. Fingir que nos odiábamos. Fingir todo, ser nada.”

Se busca al Lobo. Egoísta, encantador, testarudo, travieso, bipolar, aventurero.

¡Qué orejas más grandes tienes!- Son para oírte mejor.
Caperucita confiada, sin inocencia. Lobo perspicaz. Caperucita dependiente e ilusionada. Lobo atento.

¡Qué ojos más grandes tienes!- Son para verte mejor.
Caperucita perdida. Lobo encantador. Caperucita masoquista. Lobo tentador.

¡Que boca más grande tienes!- Es para comerte mejor.
Caperucita estúpida. Lobo impulsivo.


Y así es como el lobo se comió a caperucita. Sin rastro del cuento infantil. Sin rastro de Caperucita. 







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