“De pequeña quería que viniera un
príncipe a traerme el sol y la luna y poder alcanzar las estrellas. Quería un príncipe
que viniera de un cielo perfecto y bonito, con flores de chucherías y regalos
de chocolate. Que me llevara a su castillo de cristal, con murallas ante
falsedad y mentiras, donde solo pudiera entrar la felicidad y la alegría. Donde
no existieran los días nublados, ni los días lluviosos, solo días soleados. Donde la palabra daño y la palabra olvidar, fueran
de otro mundo. Donde los “te quiero” sonaran a agua. Donde los abrazos fueran
refugios y los besos escondites. Donde ver y sentir era el objetivo de cada
día. Cada día nuevo un sueño, cada día pasado un día para recordar."
“De adolescente mi sueño era ser estrella
del rock, viajar sin destino volar sin alas. Sonreír al caminar, sin miedo a lo
que vendrá, y enviar los miedos a pasear. Besar sin nombre, abrazar sin
condición. Un día nublado un nuevo reto, un día soleado un nuevo día. Olvidar
como rutina, recordar lo que interesaba. Morder la locura. Tomar decisiones
precipitadas, arrepentirse mañana. Cada
día una nueva canción, cada canción una nota nueva. “
Dicen que la felicidad está en
las cosas que no planeas, en las cosas que vienen sin avisar. Toda princesa besa sapos hasta que encuentra
su príncipe azul. Cada muralla es una nueva batalla. No existen murallas altas
siempre que quieras superarlas.
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